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Guía completa para elegir los mejores auriculares de estudio

¿Alguna vez intentaste mezclar con los cascos del móvil y luego pensaste: “¿por qué suena tan raro”? Tranquilo, no eres el único. La culpa no es tuya, es del equipo. Hoy hablamos de un básico en cualquier estudio (sea en tu habitación o en un estudio pro): los auriculares de estudio. Vamos a ver qué los hace especiales, qué tipos hay y cuáles deberías elegir según tu presupuesto y lo que hagas. Y sí, también por qué no vale cualquier auricular para grabar o mezclar. ¡Al grano!

Auriculares de estudio: no son como los de la calle

Los auriculares de estudio no están pensados para escuchar Spotify en el bus ni para ir al gym. Estos tienen otra misión: darte un sonido plano y real. Nada de graves inflados ni agudos brillantes que suenan geniales para tu playlist del finde, pero que destrozan una mezcla.

Además, están pensados para aguantar horas sin que te dejen las orejas como dos tomates. Porque ya sabes: la inspiración llega cuando menos te lo esperas (y nunca dura “media horita”).

Auriculares de estudio profesionales: cerrados, abiertos y semi

Antes de elegir, toca decidir el tipo. Aquí va lo básico para que no te líes:

  • Cerrados: perfectos para grabar. Aíslan bien y no se cuela el sonido en el micro. Ideales para voces o acústicas.
  • Abiertos: lo tuyo es mezclar y masterizar → estos son los tuyos. Suenan naturales, con estéreo amplio, pero no aíslan nada. Mejor en sitios tranquilos.
  • Semiabiertos: el “ni pa ti ni pa mí”. Valen un poco para todo, aunque no son tan precisos ni tan aislantes.

Tip rápido: graba con cerrados, mezcla con abiertos. Y si no sabes aún qué camino vas a tomar, los semi te sacan de apuros.

Qué mirar al comprar auriculares de estudio

Vale, ya sabes qué tipo quieres. Ahora, ojo a los detalles que marcan la diferencia:

  • Respuesta de frecuencia: lo ideal es de 20 Hz a 20 kHz. Cuanto más plana, mejor.
  • Impedancia: menos de 50 ohmios = directo a portátil o interfaz básica. Más de 100 = vas a necesitar un ampli o una interfaz potente.
  • Comodidad: almohadillas suaves y diadema ajustable. Te parecerá un detalle… hasta que lleves 3 horas de sesión.
  • Construcción: robustos, con cable desmontable si es posible. Porque sí, tarde o temprano alguien pisará el cable.

Auriculares profesionales de estudio según el presupuesto

No hace falta empeñar la guitarra. Hay buenas opciones para cada bolsillo:

Cómo cuidar tus auriculares de estudio

Si te has gastado la pasta, cuídalos como se merecen:

  • Guárdalos bien, nada de dejarlos tirados en el sofá. Funda o soporte siempre.
  • Limpia las almohadillas de vez en cuando. Con sesiones largas, el sudor pasa factura.
  • No enrolles los cables como si fueran espaguetis. Cuídalos, o adiós cascos.
  • Si los prestas (sí, duele), asegúrate de que los traten bien.

En resumen: los auriculares de estudio profesionales no son un capricho, son tu mejor aliado para escuchar tu música tal y como es. Y cuando escuchas la verdad, tus mezclas suenan mejor, tu producción mejora y tu motivación se dispara.